Por fin encontraste la casa de tus sueño, se adapta a tus necesidades y está acorde con tu presupuesto, solo hay un problema: tiene un inquilino.
Aquí comienzan las preguntas, ¿Puedo comprarla? ¿Podré sacar al inquilino? ¿Es seguro comprar una casa que está ocupada?
La compraventa de una casa alquilada es de lo más habitual. Lo cierto es que sí se puede, pero si la vivienda y el contrato de arrendamiento están inscritos en el Registro de la Propiedad, el inquilino está en pleno derecho de disfrutar del arrendamiento hasta la finalización del contrato, independientemente de si hay un nuevo propietario.
Por eso debes asegurarte de conocer cuanto tiempo de vigencia tiene el contrato de alquiler y decidir si estás dispuesto a esperar a que finalice el contrato.
Además, si el inquilino no desiste de forma expresa en el contrato de alquiler de adquirir la vivienda en caso de que el propietario decida venderla el inquilino tiene derecho de adquisición preferente. Es decir, por ley los propietarios están obligados a comunicar al arrendatario la intención de vender el piso. Este puede decidir si comprar el inmueble o no en un lapso de 30 días naturales. Si, pasado este tiempo, el inquilino no contesta o rechaza la oferta, el propietario tiene el camino libre para vender a otra persona.
Antes de abonar cualquier tipo de señal, es fundamental que se comprueben los datos correspondientes a la situación de la vivienda en el Registro de la Propiedad, lo que le permitirá constatar que sobre el inmueble no pesan cargas, gravámenes o arrendamientos inscritos. Lo cierto es que la inscripción del contrato de arrendamiento en el registro es voluntaria, pero es fácil descubrir que la vivienda está alquilada con una simple visita a la misma.
Ahora, si el asunto es que el contrato de alquiler no consta inscrito en el Registro de la Propiedad y el inquilino no tiene los medios para comprar el piso, el propietario podrá vender a un tercero sin ningún tipo de condición. Ese es el momento ideal para comprar la casa. El inquilino tiene tres meses para abandonar la vivienda, a menos que a ti te interese seguir alquilando la vivienda porque la compraste para inversión y no para vivir en ella. En este caso ambas partes salen beneficiadas porque, mientras el comprador empieza a cobrar una mensualidad y obtiene rentabilidad inmediata por la operación, el inquilino mantiene el uso y disfrute del piso hasta el vencimiento de su contrato de alquiler.
Lo importante es que como comprador estés bien asesorado y cuentes con el respaldo de una inmobiliaria de trayectoria o un asesor inmobiliario que te oriente en el proceso.