Construir una casita en mitad del campo canario suena idílico: huertito, gallinas, vistas al Teide o al mar… Pero, ¿realmente se puede?
Construir una casita en mitad del campo canario suena idílico: huertito, gallinas, vistas al Teide o al mar… Pero, ¿realmente se puede?
La respuesta corta es sí, pero la larga es “sí, pero con muchas restricciones”.
Veamos por qué.
¿Qué dice la ley?
Según la Ley 4/2017, de Suelo y de los Espacios Naturales Protegidos de Canarias, todo suelo que no sea urbano ni urbanizable es rústico, y su uso principal es proteger actividades primarias: agricultura, ganadería o usos forestales.
El artículo 62 y siguientes de esta ley establece que solo se pueden autorizar edificaciones vinculadas directamente a estas actividades, siempre que sean necesarias y estén justificadas. Hablamos de almacenes agrícolas, establos, invernaderos, depósitos de agua, etc.
Construir una vivienda “normal” para uso residencial no está permitido, salvo que sea imprescindible para la actividad agraria y esté justificada en un proyecto técnico aprobado por el ayuntamiento y la consejería insular.
Nada de chalets de fin de semana
¿Y si quiero una casa rural para pasar el finde? La respuesta es no, a menos que se trate de una explotación agraria real, inscrita y con actividad demostrable. De hecho, muchos municipios canarios multan o paralizan obras ilegales en suelo rústico cada año.
¿Qué hay de la vivienda protegida?
En 2024, el Gobierno de Canarias anunció su intención de flexibilizar la Ley del Suelo para permitir, en casos puntuales, vivienda protegida en suelo rústico (Decreto Ley 1/2024). Pero esto aún está en fase de desarrollo y exige cumplir requisitos muy concretos:
Que no exista suelo urbanizable suficiente.
Que sea vivienda protegida para personas con necesidad acreditada.
Que se respete la compatibilidad con el planeamiento insular.
Es decir: no es una puerta abierta para construir donde quieras.
Datos que sorprenden
Según el último informe del ISTAC (2023), más del 80% del territorio de Canarias es suelo rústico y menos del 10% está urbanizado. De ahí la presión urbanística y el atractivo de intentar edificar donde “no se debe”.
Además, Cabildos y Ayuntamientos han intensificado la vigilancia de obras ilegales. Las multas pueden superar los 30.000 € y obligar a demoler lo construido sin licencia.
Conclusión: se puede, pero ojo
En Canarias sí se puede construir en suelo rústico, pero solo para actividades agrarias o ganaderas, y siempre cumpliendo la ley. Nada de villas de lujo camufladas de “casetas de aperos”.
Si te ofrecen una finca “perfecta para hacerte una casa”, pregunta, infórmate y consulta al ayuntamiento antes de comprar.
Porque tener una casa ilegal te puede salir carísimo… y perderla, todavía más.